miércoles, 14 de septiembre de 2011

CARTA ABIERTA A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

Santiago, miércoles 14 de septiembre, 2011
Sr .Francisco Javier Gil
Rector Universidad Católica
Silva Henríquez
De su Consideración

Como Federación de Estudiantes de la Universidad Católica Silva Henríquez y por medio del presente medio, queremos manifestar nuestro agudo malestar por los hechos que estamos viendo día a día en nuestra casa de estudios, en la cual se están llevando a cabo 11 procesos sumarios más otros que parecen cada vez más inminentes. Nos rebelamos a que nuestra casa de estudios gaste su tiempo en perseguir a nuestros compañeros, los que representamos con firmeza, ya que este accionar siembra la represión en nuestra comunidad universitaria, donde claramente se pretende dar una señal bastante primitiva de cómo relacionarnos y de cómo solucionar nuestros conflictos, pues se recurre a violentar a sus educandos para provocar una respuesta esperada en los estudiantes, dejando de lado el diálogo y la intelectualidad al servicio de la resolución de conflictos, conceptos fundamentales en cualquier universidad sencillamente por su carácter natural.

Creemos menester contextualizar brevemente algunos casos de compañeros sumariados, para hacerse una idea global de qué realmente está pasando en la UCSH.

Los días 22 y 23 de agosto realizamos un largo proceso plebiscitario, a través de una urna en el patio central, en la cual nuestro estamento manifestó la necesidad de paralizar nuestras actividades curriculares indefinidamente debido a la contingencia nacional, votación que no fue respetada por las autoridades, a las que usted encabeza, ni docentes de nuestra universidad, amedrentando a nuestros compañeros para que entraran a las aulas, y de esta forma, hacer la vista gorda como si en el país no estuviese pasando nada. Nosotros como FEUCSH teníamos la capacidad técnica de hacer valer la decisión de nuestros compañeros en casa central, pero las sedes de Carmen 350 y Lo Cañas continuaban funcionando normalmente, y con esto se perjudicaba a los compañeros movilizados de nuestra universidad, puesto que se atrasaban en sus contenidos, no daban evaluaciones y quedaban ausentes en la lista de asistencia, es decir, el costo de movilizarse podía incluso significar la expulsión debido a la reprobación de gran parte de los ramos. Por todo esto, un grupo de compañeros decidió tomarse la sede de Carmen 350 el 26 de agosto, pues creían imprescindible hacer valer la democracia al interior de nuestra universidad, todo esto sumado a que este valor social se puede encontrar incluso en nuestro Modelo de Formación (pág. 5). En esa línea, la toma de esta sede era el producto de no respetar las decisiones autónomas que tomaba nuestro estamento, además de ser empujada por las autoridades de la UCSH, debido a las razones que ya hemos expuesto.

Siguiendo la temporalidad de este relato, el 28 de agosto la sede de Carmen 350 fue desalojada por la fuerza pública, como usted bien conoce, significando un negro precedente en la historia de nuestra universidad, pues ni en los tiempos de la dictadura militar carabineros había ingresado a la UCSH. De esta forma, esto significaba un cambio radical en la forma en que las autoridades de nuestra universidad, a las que usted lidera, abordaban este tipo de problemáticas, ya que castigaban a modo de lección, y sembraban la represión como política de resolución de conflictos, pues la toma de la sede de Carmen 350, era producto de una serie de factores que los mismos altos mandos contribuyeron a agudizar. De esta forma, el desalojo de esta sede sencillamente fue intentar erradicar de plano una problemática, pero que contraproducentemente significó ignorar el conflicto inicial, además de crear otro problema, todo esto orientado en la misma política que inspiró posteriormente los sumarios a los compañeros arrestados durante la irrupción de la fuerza pública.

Ahora podemos vislumbrar que el panorama de nuestros compañeros en esta investigación institucional se ve incierto, ya que se ha iniciado un proceso sumario totalmente injusto e incluso que contradice la Constitución de nuestra nación, por los detalles que mencionaremos a continuación.

Antes de comenzar a detallar las características de este proceso que lo vuelven incompatible con nuestra carta magna, queremos detenernos un segundo para reflexionar sobre el funcionamiento y la conformación de la Comisión de Ética Estudiantil de nuestra casa de estudios, pues es el organismo que lleva a cabo esta investigación y posterior juicio. No conocemos las identidades de quienes conforman este organismo, salvo la de su Presidenta, es más, no sabemos ni siquiera la de nuestro compañero que fue elegido por sorteo para participar en esta instancia (como lo estipula nuestro reglamento), la información que manejamos al respecto, entregada por la Presidenta de la Comisión de Ética Estudiantil, es que esta persona no se presentó en ninguna oportunidad, y por ello este lugar quedó vacío, aunque si nuestro reglamento estipula que esta comisión debe contar con un estudiante, no entendemos las razones que impidan buscar a otro estudiante para conformar este cuerpo, es más, no nos consta que este sorteo haya existido. Además que deben existir dos suplentes, los cuales tampoco sabemos quienes son.

Siguiendo en esta línea, podemos agregar que consideramos absolutamente obsoleto y anticuado el funcionamiento de esta comisión, pues si bien cualquier miembro de la comunidad universitaria puede enviar una carta a este cuerpo, solicitando una investigación sumaria, es esta comisión la que eleva los cargos, enjuicia y luego sentencia, lo cual es más bien coherente con episodios pasados de la historia de la humanidad cargados de oscuridad, que distan sideralmente de la concepción del derecho de nuestros días. Pues la sensación de justicia simplemente no existe al acabar dicha causa, puesto que carece profundamente de neutralidad.

Por lo demás, este proceso no ha resguardado los derechos de los “acusados”, pues a principio de año debe existir una lista con todos los profesores de planta destinados a ayudar en este tipo de necesidades a los estudiantes, lista que fue solicitada con anterioridad a Claudia Brunaud (Presidenta de la Comisión de Ética Estudiantil) por el Presidente de la FEUCSH, petición que se materializó el viernes 9 de septiembre a las 17:56 hrs., considerando que esta causa se iniciaba ese mismo día pero a las 15:00 hrs. lo cual siembra la injusticia y desprotección de nuestros compañeros ante esta comisión, pues es ser llevado a juicio sin contar con defensoría, lo que vulnera el derecho constitucional al debido proceso.

Por otro lado, nuestros compañeros detenidos y presentes en esta investigación recibieron, sin previo juicio, una “medida precautoria” de 10 días de suspensión, en los cuales están imposibilitados de asistir con normalidad a sus actividades académicas, aunque según explicó la Presidenta de la Comisión de Ética Estudiantil, esta disposición no era una sanción. Siendo realistas, haciendo el ejercicio de aterrizar a la cotidianeidad este proceder, podemos considerar que es prácticamente la expulsión de los estudiantes, puesto que si contextualizamos esta medida a la realidad de nuestros compañeros, debemos considerar que cuentan con un alto grado de inasistencias, debido a los días en que estuvimos en paro y que la universidad no respetó, todo esto agravado por el hecho de que estas jornadas de inasistencias obligatorias en muchos casos impedirían que estos estudiantes aprueban sus ramos, ya que en muchos casos no estarían cumpliendo con el porcentaje de asistencia obligatoria para aprobar estas materias, y como bien sabemos el reprobar la mitad de la carga académica es causal de expulsión. Por todo lo demás, si hablamos de “medida precautoria” es simplemente ser eufemista, porque en la práctica es sencillamente un castigo, una sanción indudablemente. Además, hay otra arista que se abre con esta sanción, pues si revisamos el “Reglamento del Estudiante de Pre-grado”, dirigiéndose al artículo 47 de este, podemos encontrar que las faltas g) y h) engloban el hecho de tomarse la casa de estudios, pero que no son considerados faltas graves.

Siguiendo en la senda del párrafo anterior, me gustaría que usted considerara que es violentar nuestra carta magna el sancionar a una persona dos veces por la misma causa, entonces esto anula legalmente la sentencia que dictaminaría la comisión, porque sería simplemente INCONSTITUCIONAL, y como usted debe saber, un reglamento interno para coexistir con la legislación y la constitución, no las puede contradecir, lo que inmediatamente vuelve invalido el Reglamento de Estudiantes de Pregrado y el cometer de la Comisión de Ética Estudiantil.

También podemos encontrar otra irregularidad en este proceso, pues la Comisión de Ética Estudiantil adquiere el carácter de tribunal debido a su tarea, lo que inmediatamente lo obliga a estar constituido antes que se realice una falta o delito. De esta forma, si observamos los cupos vacantes en los representantes del estamento docente y estudiantil en esta comisión, como lo establece nuestro reglamento, podemos ver que claramente es una irregularidad el hecho que un organismo no constituido esté llevando a cabo un proceso de sumario. De cinco miembros reglamentarios que debe tener esta comisión, solamente hay dos, la lectura es clara y lapidaria, la Comisión de Ética Estudiantil aún no está constituida, porque no cuenta ni con la mitad de sus miembros. Para ejemplificar lo que hemos expuesto largamente en esta carta, me gustaría que se pusiera en el siguiente caso:

¿Cómo se sentiría usted si es acusado de algún delito y constata que quien ha levantado esta acusación será quien lo juzgue y sentencie?

¿Creería usted en un tribunal que debería estar compuesto por cinco jueces, pero durante el juicio solo se presentan dos jueces, es ético que estos personajes sesionen y resuelvan a nombre de los otros tres ausentes, agravado por el hecho de que son estos magistrados quienes acusan?

¿Consideraría usted justo y ético que una comisión que no está compuesta ni por la mitad de sus miembros lo suspenda por 10 días?

De la última pregunta expuesta cabe cuestionarse sobre el trato que tienen los altos cargos de nuestra universidad hacia sus estudiantes, ya que si homologamos la “medida precautoria” que suspendió a nuestros compañeros por 10 días, podríamos compararla con la prisión preventiva que vemos en nuestra justicia ordinaria, la cual se aplica cuando existe la posibilidad que un acusado no acuda a declarar, o si este es un peligro para la sociedad. Claramente podemos recalcar que los estudiantes que participaron en la ocupación pacífica de las dependencias de Carmen 350 no son un peligro para la universidad, por lo que aplicarles este tipo de medidas es tratarlos como delincuentes, además de violentar el principio de presunción de inocencia. Lo cual es inaceptable para cualquier miembro de una comunidad universitaria que se declara salesiana, pues alimenta la desconfianza en el corazón de quienes conforman dicha comunidad.

Todo esto se vuelve demasiado difuso, luego de observar el artículo 50 del reglamento en cuestión, ya que le da la atribución a la Comisión de Ética Estudiantil de calificar como falta grave, acciones que vayan más allá de la letra f) del reglamento, siendo esta la causa que permitió a dicha comisión suspender a los compañeros por una falta que no tiene la connotación de grave, aunque en este caso nos cuestionamos de la competencia de la comisión, sobretodo si consideramos que no está claramente constituida, ya que la componen sólo dos miembros.

Debemos comentarle Señor Rector, que nuestro rol como universidad con fin público nos obliga a no hacer la vista gorda con lo que pasa día a día en nuestra sociedad, lo que vuelve sumamente reprochable que esta casa de estudios persiga política y académicamente a quienes se atreven a luchar por la construcción de un país más justo, como también por el fortalecimiento de la democracia, es más, consideramos que el poner en riesgo la propia carrera universitaria para salvaguardar este valor social, es un despojo digno de destacar e incluso de celebrar, considerando francamente repudiable el castigar a quienes son capaces de quitarse los harapos del individualismo de manera honesta, en aras de un futuro mejor para todos.

Por lo que expusimos en el anterior párrafo, debemos solidarizar y abrazar a nivel universidad, la causa de los cientos de compañeros de otras casas de estudio que están viviendo procesos similares, sencillamente por manifestar su desaprobación y rechazo hacia el sistema educacional mercantil que agudiza las desigualdad e inequidad, principalmente porque el Cardenal Raúl Silva Henríquez así lo habría querido, dada la historia que liga a este gran personaje histórico a este tipo de problemáticas. De manera que el tipo de acciones que le dan razón de ser a esta carta, al interior de la Universidad Católica Silva Henríquez son INACEPTABLES.

Luego de todo lo expuesto en esta premisa, queremos plantearle respetuosamente una interrogante:

¿Cuál es el verdadero compromiso que tienen las autoridades de nuestra casa de estudios, especialmente usted, en construir una Universidad más justa y democrática?

Cerramos esta carta pública, poniendo énfasis en nuestro leal compromiso como grupo federativo de defender a nuestros compañeros, estando dispuestos a volcar nuestros esfuerzos para que ningún compañero sea sancionado, pues no creemos que el rol de las universidades sea castigar a los estudiantes, ni a cualquier integrante de otro estamento.

Sin otro particular y esperando una pronta respuesta pública de su parte
Se despide fraternalmente
FEUCSH.

1 comentario:

  1. ¿Y quién juzga al Sr. Gil por sus atropellos y el clima hostil que ha contribuido a sembrar en la universidad?

    Lamento constatar que esa universidad donde alguna vez estudié está muy lejos de ser lo que fue...qué pena! no entiendo cómo se mantienen en sus cargos estas autoridades tan incompetentes y poco éticas.

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